Donnerstag, 3. Juli 2008

Cuidemos el Medio Ambiente para no dañar el verano


Aunque renegamos de las altas temperaturas cuando nos agobian, a pesar de las miles de botellas de agua compradas, de la ropa precisa para mantenernos frescas y otras razones particularmente obvias, esperamos con ansias la estación de calor, el ineludible verano. Y cosas de la vida, las Antillas y demás características insulares, para nosotros el verano es sol y el sol le pertenece al verano.


Gracias al sol de verano, nuestras pieles se distinguen a leguas de nuestros turistas europeos y de otras tonalidades epidérmicas. Gracias a este sol de verano, los días son hermosamente luminosos, atractivos e inspiran a disfrutar al aire libre. Gracias al astro rey y brillante del verano, un día de playa es más alegre y dinámico.


Pero, ya no habrá más sol de verano, esos días de claridad diurna e iluminación desafiante pasarán a la historia en los meses de junio a septiembre. Incluso quizás ni habrá verano, solo un espacio vacío entre el abril robado a los trovadores y el septiembre de escuela y clases.


¿Razones? Como los reportes noticiosos los han hecho sospechar, la actual temporada ciclónica viene tan fuerte y devastadora, que aún ninguno de los fenómenos pronosticados pase por nuestros dos tercios de isla, la estela de lluvias que se nos avecina no dejará espacio para tardes soleadas y ocasos de novela de revista internacionales. Disculpen el dejo de vanidad.


¿Y que por qué los monokinis que ya compró no podrán ser exhibidos con propiedad en Cabarete? Porque nos hemos comprometido inconscientemente a mantener las emisiones de gases dañinos al medio ambiente, lo que produce el globalizado término efecto invernadero, que mantiene las temperaturas altas y si Wikipedia no miente, las temperaturas altas son la semilla que germina en huracanes.

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