Montag, 21. Januar 2008

La presencia de La Altagracia en República Dominicana


Sabemos que es difícil para la gente de otros países entender la importancia de la Virgen de La Altagracia para nosotros. Sin embargo, no hay que sobreabundar con detalles sobre la presencia del culto a la protectora de República Dominicana.

Sencillamente, sería insólito encontrar una iglesia a lo largo y ancho del territorio nacional que no muestre su imagen.

Además, casi no existe una parroquia que no tenga una capilla que se llame “Nuestra Señora de La Altagracia”; casi no existe un pueblo que no tenga una calle que se llame “Altagracia”; y casi no existe una familia que no tenga, al menos, un testimonio de la intercesión de Nuestra Señora de La Altagracia.

Así que nos limitamos a un resumen cuantitativo: En 2001 la base de datos de la Junta Central Electoral nos informó que más de 200,000 mujeres con cédula -una de cada trece mujeres dominicanas- se llama “Altagracia”. Y hay más de 10,000 hombres que también llevan su nombre.

El número de peregrinos que visitan la Basílica: según la Secretaría de Estado de Turismo, en 1998, unos 800,000 peregrinos -es decir, el equivalente a 10 por ciento de la población del país- pasaban por la Basílica de Higüey cada año.

Es probable que unos 300,000 peregrinos acudieran a la Basílica solamente durante la novena de enero del año 2007. El cuadro de Nuestra Señora de La Altagracia es un lienzo español tipo “Belén”, con influencia flamenca, típico de los siglos XV y XVI, con un elemento distinto y casi único: el rayo de luz.

Probablemente fue pintado en Sevilla en los primeros 15 años del siglo XVI (es decir entre 1500 y 1515) y es posiblemente de la escuela de Alejo Fernández.
El cuadro es también un ícono. (Todos los íconos son “cristo-céntricos). No hay un elemento, un color, ni una relación entre los elementos en el cuadro de Nuestra Señora de La Altagracia que no tenga su significado. Efectivamente hay 62 distintos símbolos.

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