Desarrollo de la Costa Norte de la República Dominicana

En una región casi totalmente deshabitada llamado Sosúa, los nuevos inmigrantes, la mayoría de ellos hombres jóvenes con descendencia urbana, con escasa o ninguna experiencia laboral agrícola, casi todos ellos trágicamente separados de sus familias, empezaron una nueva vida.

En un principio el propósito era establecer una colonia agrícola comunal; dormir en los cuarteles y un comedor fueron construidos. Poco a poco los colonos comenzaron a desarrollar una aldea autosuficiente que se jactó de sus propios trabajos de agua, red de saneamiento, clínica, farmacia, escuela, biblioteca, sinagoga, el teatro, el periódico, las tiendas e incluso su propio banco.

Al ser aislado por tierra los obligó a la producción agrícola para asegurar una vida útil más larga que les permita enviar a los mercados, en virtud de las precarias condiciones de transporte disponible, que es como para el queso y las salchichas ahí nacieron las industrias. "Productos Sosúa", el nombre común de la muy grande fábrica, hasta hace poco todavía propiedad de los descendientes de los primeros colonos, es una marca líder en el país.
No obstante, además de la agricultura y de sus actividades industriales derivados de productos agrícolas, las personas crearon otras industrias, el comercio y, en general, desarrollado proyectados en la región septentrional de todo el país a todos su entusiasmo y el ingenio, el enriquecimiento de toda la zona y sus habitantes, tanto económica como culturalmente.

La población de la región creció y se convirtió en el destino de los judíos, tanto a través de las asociaciones en el trabajo o el comercio y el matrimonio a través de los sindicatos. Sin duda, esta integración facilitado el progreso, suavizado transición dolores, y ha ayudado a aliviar los efectos de los numerosos problemas que enfrenta la colonia en sus primeros años. Sosúa con el tiempo se convirtió en un modelo de vida y una auténtica demostración de lo que el espíritu humano puede lograr cuando se aplica plenamente al trabajo duro, la fe en la vida y en la firme convicción de que independientemente de cómo son las cosas malas, la esperanza nunca debe ser abandonada.

Durante 40 años Sosúa sobrevivido como un hecho aislado municipio. Sólo en 1980 se consiguió finalmente conectada a la red nacional de carreteras pavimentadas y poco después de un aeropuerto internacional construido cerca. Así comenzó una nueva fase de su desarrollo, ahora se ha convertido en destino turístico, gracias por una parte a sus playas, la cálida hospitalidad de su gente y la belleza de su paisaje, y por el otro al haber sido integrados en el conjunto Dominicana Región Norte del turismo.

Sosua ahora dispone de un número amplio de hoteles, que abarcan la totalidad de la demanda, lo que, por supuesto, ha traído nuevos desafíos, la presión sobre la infraestructura física y un cambio en la composición de la población.

La República Dominicana es un país donde se respetan a los Judíos, tratados igualmente por todos sus ciudadanos, pero en Sosua esto es especialmente notable: a pesar de que actualmente la población judía es sólo unas pocas docenas, su influencia se manifiesta abiertamente en el orgullo de este vínculo que las personas de Sosua expresan; las dos grandes plantas de procesamiento de alimentos son los de motor indiscutible de toda la región, en la economía, también en la ciudad social y administrativa; junto a esas empresas, los judíos fundadores o sus hijos están muy Invertidos en otras empresas, principalmente en el negocio hotelero, pero también en la agroindustria. Varias calles llevan los nombres de los colonos que han dejado su huella. La escuela más antigua de la ciudad lleva el nombre del educador judío, que durante décadas fue su director, hablamos del Señor Luis Hess.

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