Dienstag, 24. März 2009

El seguirá siendo un celular


Por: Odil Beato

En el planeta en que habitamos es muy normal que cada acontecimiento tenga su punto positivo y su punto negativo, pues sin temor a equivocarme me atrevería asegurar que en el cien por ciento de los casos donde surge una novedad algún defecto tiene, o alguien tiene que estar en contra de alguna característica cierto fenómeno.

Pero mi intención no es envolver al lector en una especie de misterio para al final describir la insoportable presencia de un aparto móvil que ha venido a llenar las grandes necesidades de comunicación a distancia en nuestra sociedad y del mundo. Me refiero al novedoso “celular” ese mismo que nos permite estar comunicado desde cualquier punto cardinal y con sus diversas funciones nos permite resolver diversidades de ecuaciones de la vida cotidiana.

Recuerdo cuando era niña y mi padre adquirió lo que fuese nuestro primer celular, era algo grande puesto que por cada cincuenta hogares existía un aparato de eso y lo ‘chulo’ que era poder saber donde estaba papi o mami con tan solo una llamada, además contábamos la horas para que mi padre llegase del trabajo, así se desprendía de su móvil, entonces era momento de recogimiento, mis hermanos y yo nos quedábamos en casa esperando que timbrara el ‘guaya hielo’ para salir a todo correr y decir “aló”…solo el que ha pasado por eso sabe a lo que me refiero. No obstante, todavía existen personas que se emocionan con el timbre de un teléfono. Tiene que ser que siente emoción al punto de que se les olvida que existen herramientas (vibrador, modo silencioso) para evitar el timbre en momentos inoportunos.

Lo más sorprendente es que gente que habla de etiqueta y protocolo, profesionales, altos dirigentes, estudiantes…en plena ceremonia, discurso, conferencia, reunión, misa, cuando todos están concentrados en una misma cosa, timbra un moderno celular y no con cualquier ruido, mientras más moderno el celular más indeseable es el ruido.

Las actividades son parte de la vida cotidiana de una persona activa, no creo que es necesario hacer un curso taller para aprender a adecuar el teléfono celular cuando estamos en determinada actividad, por que el celular seguirá siendo un celular pero aquel individuo por alta que sea su posición social pasara a ser el ridícul@ que desconcentró a toda a una audiencia, ya sea por que quiere que sepan que tiene un celular moderno (que a nadie ya le importa por que cualquiera puede tener uno), para llamar la atención o quizás se le olvidó quitarle el timbre, pero para el caso es lo mismo, el mismo ridícul@ y la misma falta de respeto.

Mi sugerencia es la siguiente: si su celular reposa en su cercanía llévelo en vibrador, así cuando vaya a una actividad no tendrá que pensar en cambiar el modo de sonido, utilice timbres agradables y adecuados al ambiente en que se encuentra (el timbre de su celular deja mucho que decir de su persona), si usted es tan dependiente de su celular (como yo) elija un lugar poco evidente, de manera que cuanto su celular vibre pueda dar una respuesta corta, en voz baja y no desconcentrar a los demás. Al fin y al cabo el celular es muy importante pero no se deje robar hasta sus momentos íntimos de un simple aparato creado por las manos del hombre, usted es primero, mientras que el seguirá siendo un celular. eljalondeoreja@hotmail.com

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